En una rueda de prensa que debía calmar las aguas pero terminó encendiendo una tormenta en toda la Nación Medias Rojas, el manager Alex Cora rompió el silencio y explicó públicamente las razones detrás del sorprendente canje que envió al querido Rafael Devers a los San Francisco Giants. Sin embargo, en lugar de aportar claridad o empatía, su tono distante, seco y en ocasiones desafiante dejó a miles de fanáticos con un sabor amargo y una creciente sensación de traición.
Cora comenzó señalando que la decisión fue “planificada con visión a futuro”, y que el equipo necesitaba “reestructurarse desde sus cimientos”. Según él, mantener a Devers en el roster significaba retrasar una renovación necesaria.
“Rafa es un gran pelotero, pero esto no es solo sobre nombres. Es sobre el futuro. Y si queremos competir de verdad otra vez, teníamos que tomar decisiones difíciles,” afirmó con voz firme, sin mostrar emoción.
Pero lo que más molestó a los presentes no fue lo que dijo, sino cómo lo dijo.
Durante la rueda de prensa, Cora rechazó responder preguntas concretas, evadió asumir responsabilidad por no hablar directamente con Devers antes del traspaso, y respondió con evidente molestia a quienes cuestionaron la falta de transparencia del proceso.
“No le debo explicaciones emocionales a nadie,” dijo. “Esto es un negocio, no una novela.”
Las reacciones no se hicieron esperar. En redes sociales, la afición estalló:
“Devers se va sin despedida, y Cora ni se inmuta.”
“¿Dónde está el corazón del equipo? ¿Quién lidera este barco?”
“Si este es el futuro de los Medias Rojas, yo me bajo ahora.”
Incluso algunos exjugadores mostraron su preocupación. Uno de ellos, en condición de anonimato, comentó a medios locales:
“Este no es el Cora que conocíamos. Está frío, desconectado. Y eso se va a reflejar en el clubhouse.”
Mientras tanto, en San Francisco, Devers fue presentado oficialmente como nuevo jugador de los Giants. Sus palabras fueron suaves, pero cargadas de decepción:
“Yo no sabía nada. Nadie me llamó. Solo recibí mensajes. Así terminó mi historia con Boston.”
El impacto emocional ha sido profundo. Rafael Devers era, para muchos, el rostro de la franquicia, el corazón ofensivo del equipo y el símbolo de esperanza para una nueva generación de fanáticos. Su partida, sumada a la forma impersonal en que fue manejada, ha dejado una herida abierta en la afición.
Y ahora, todas las miradas apuntan a Alex Cora.
El manager que una vez guió a los Medias Rojas a la gloria en 2018 está siendo visto por algunos como el arquitecto de su posible decadencia. La duda se ha instalado en cada rincón de Fenway:
¿Está Cora construyendo un nuevo proyecto… o está destruyendo lo que quedaba de uno legendario?